Del libro sobre el #Espíritudel74: entre las 74 palabras clave para vivir felizmente la pasión por nuestro trabajo figura también el Bar.

Hoy, para presentaros otra página de nuestro libro que llevamos escribiendo – #Espíritu74: las 74 palabras clave para vivir felizmente la pasión por nuestro trabajo  – os vamos a hablar del Bar.¿Del Bar?  Sí, del Bar.

Trabajo y Bar, en Italia, se colocan a los extremos de una imagen.

Si, por razones óbvias, excluimos a los que se ocupan de hostelería, la imagen que tenemos del bar, specialmente aquí en la provincia, es la de un lugar en el que…la gente se relaja unos minutos tomando un café (algunos) o bien matando el tiempo sin hacer nada y charlando sobre la nada (otros).

De todas formas, desde luego no es el lugar en el que se “genera” por decirlo de alguna forma.

No obstante, ¿estamos seguros de que ese ambiente no nos hable de nuestro trabajo? 

All'osteria dopo la partita BertO vs CitPiuma

Si nos paramos a pensar, puede que nos percatemos de que en esos ambientes existe algo muy importante para nuestras actividades laborales, algo que nos puede enseñar a trabajar mejor, algo que sabe contarnos de forma muy real una parte del sentido que tiene lo que hacemos en nuestro trabajo.

¿Nada menos que todo eso? A nosotros así nos lo parece.

Observando, con cierta distancia, la actitud, el planteamiento de mucha gente, y  – nos incluimos a nosotros mismos – concentrados costantemente en nuestro trabajo, agachados en las mesas artesanales o sobre un ordenador para interpretar datos, nos damos cuenta de que a menudo “nuestro” mundo pretende excluir a todos los demás.

Por ello, según nuestro modesto parecer, el Bar sabe contar, a los que saben escuchar, eso al que llamamos realidad. Decía Gaber:

«La realidad es un pájaro, que no tiene memoria, hay que imaginarse hacia dónde irá»

¿Y si la ruta de ese pájaro se hallara también en las palabras- aparentemente livianas – que se cruzan entre un café y un espritz, en el bar de la esquina? Esas palabras que nos cuentan una realidad de todos los días, quizás trivial pero en el fondo no tan obvia, que por dentro nos afecta a todos.

A veces nos ha pasado que nos invitaran a congresos. En estas ocasiones nos acordamos con un atisbo de sonrisa, de cuándo nuestros fundadores volvían su mirada a los bares de la zona, intentando entender si esas personas podían llegar a ser unos posibles clientes para los productos realizados en la Empresa.

Resulta que, en esos momentos, podamos pensar que entender al Bar es realmente como entender un poco a la gente.

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